viernes, 20 de agosto de 2010

Usan diente para implante del ojo

Gracias a esta complicada y rara cirugía, Sharron Thornton, de 60 años, ha recuperado ya un 20% de la vista y, por primera vez, ha podido distinguir las caras de sus nietos y es capaz de leer un periódico con ayuda de unas gafas.

 

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Según ha explicado en rueda de prensa el oftalmólogo Víctor L. Pérez, del centro Bascom Palmer, en EE.UU., el proceso quirúrgico -denominado osteo-odonto queratoprótesis modificada- consta de varios pasos y se ha prolongado durante seis meses. Se trata de la primera vez que se realiza en EE.UU., mientras que en Europa y Japón ya se ha practicado alguna vez, aunque no se han realizado más de 600 intervenciones de este tipo en todo el mundo.

Lo primero que hizo el equipo de galenos fue extraer una pieza dental de la paciente, en este caso un colmillo superior. Se agujereó el diente y se le instaló una lente de plástico en el orificio. Después se implantó todo el conjunto bajo la piel del pecho de Sharron durante varios meses para que la combinación diente-ojo se acoplara bien. Por último, se extrajo el conjunto del pecho y se colocó en el ojo dañado. Y, tan sólo unas horas después de que le retiraran las vendas, Sharron, más conocida como 'Kay', fue capaz de distinguir rostros donde antes sólo veía sombras.

"Normalmente se usa para este proceso un tubo de plástico cilíndrico, en vez de un diente, pero sólo funciona en aquellos ojos que están sanos y muy humedecidos. Como no era el caso de Sharron, utilizamos un diente porque proporciona una plataforma estable, con suficiente estructura ósea y cartílagos y que puede nutrirse del ojo", ha explicado el doctor, según recoge la prensa norteamericana.

Como aclara el doctor Luis Fernández Vega, director médico del Instituto Oftalmológico de Oviedo, esta antigua técnica ("que puede tener más de 30 años de antigüedad") está quedando poco a poco en desuso en favor del uso de prótesis sintéticas. "Con las llamadas prótesis de Boston logramos prácticamente lo mismo sin necesidad de usar el diente", explica el especialista desde un congreso que se está celebrando en Italia.

'Kay' había perdido la visión en el año 2000 por culpa del síndrome Stevens-Jonhson, que al parecer se le desarrolló por una reacción alérgica a un medicamento. Esta rara condición, entre otras cosas, mata a las células de la superficie del ojo y puede dañar la córnea hasta producir ceguera. "Para aquellos pacientes que por su condición rechazan un trasplante de córnea artificial, puede ser una opción. Estamos muy entusiasmados con el resultado de la intervención", concluye Pérez.

Los médicos consideran que si no existe infección, Sharron debería recuperar todavía algo más de vista y aguantarla durante, al menos, una década. En España, como aclara el doctor Fernández Vega, "salvo en casos particulares, y en éste no conozco todos los detalles, se hubiese recurrido a una prótesis de material sintético [para implantar la lente]".
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UN MILAGRO'
"Cuando los médicos me dijeron que me iban a poner un diente en el ojo, pensé que estaban bromeando. Pero al final, todo ha salido bien y ahora es un milagro que pueda volver a ver", ha reconocido Sharron Thornton, que confiesa que en algún momento durante estos nueve años pensó incluso en el suicidio.

Sin embargo, ahora puede jugar a las cartas, ver sus programas favoritos en la televisión y, sobre todo, jugar con sus nietos, un sueño hecho realidad. "No recordaba lo bonito que es el color del cielo o de las nubes", dijo emocionada durante la rueda de prensa.

Pese al éxito de esta operación, algunos oftalmólogos consideran que es un proceso demasiado difícil para extenderlo a otros pacientes y que se debe considerar antes otras opciones. "Afortunadamente es una técnica poco frecuente porque no hay muchos pacientes que la necesiten", remata Luis Fernández Vega.

 

Nos vemos mañana, a través de los dientes.

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